
Mito : las vacunas producen enfermedades o etectos secundarios nocivos que se desconocen a largo plazo.
FALSO. Las vacunas son seguras. La mayoría de las reacciones por vacunas son leves y temporales y no hay evidencia científica que apoye estos recla-mos. Es más probable padecer un trastorno grave por una enfermedad pre-venible por vacunas, que por una vacuna.
Mito 2: la infección natural es preferible a una vacunación.
FALSO. La infección natural crea inmunidad, pero si esta infección es severa puede producir complicaciones graves, incluso la muerte. La inmuni dad de una vacuna es similar a la infección natural, sin exponer a las personas a riesgos.
Mito 3: si los niños presentan una enfermedad leve, como catarro, diarrea leve, rinitis, no pueden ser vacunados.
FALSO. El niño puede ser vacunado en estas circunstancias. No vacunarlo es una oportunidad perdida de vacunación.
Mito 4: si el niño ha interrumpido su calendario de vacunación, debe reiniciarlo.
FALSO. Cuando no se han dado las vacunas en los lapsos indicados, se debe continuar con las dosis faltantes, ya que lo fundamental es el número total de dosis. Pero lo ideal, es respetar los calendarios de vacunación, dado que damos protección más temprana a los niños menores.
Mito 5: si el niño está tomando antibiótico o se encuentra en período de convalecencia de una enfermedad, no puede ser vacunado, ya que la vacuna no va a producir inmunidad.
FALSO. El mecanismo de formación de anticuerpos, por ende de inmuni-dad, no se altera con la vacunación por más que el niño esté tomando antibiótico o en período de convalecencia.